Seguidores

Millonarios es el favorito: León Darío Muñoz

El antioqueño León Darío Muñoz, de 35 años, en la oficina de su empresa de construcción civil, ubicada en el barrio Laureles de Medellín.  / Luis Benavides

Palmeiras me regaló un apodo: Talismán o Talismã, con énfasis en la última sílaba. Fui uno de los que permanecieron en el equipo que descendió en 2002 y ascendió al año siguiente y, además, una vez que entraba a la cancha como sustituto, anotaba y los hinchas decidieron elegirme como el hombre de la buena suerte: Talismán Muñoz me decían por las calles de São Paulo. Seis años jugué en ese club y guardo recuerdos muy bonitos de esa época. Pero resulta curioso que en la llave entre Palmeiras y Millonarios que empieza hoy, mi corazón apoye al club bogotano, donde sólo actué seis meses. Para mí, tiempo suficiente para apartarle un cariño más grande.
De hecho, el favorito para mí es Millonarios, porque vive un momento excepcional en Liga y practica un fútbol muy vistoso. Además, éste Palmeiras está cerca del descenso. Cuando eso sucede, los jugadores actúan con presión, los hinchas no asisten tanto al estadio y no creo que hoy jueguen con muchos de sus titulares, pues deben concentrarse en el Brasileirão para evitar perder la categoría.
Es la oportunidad perfecta para que Millos borre su escasa historia en torneos internacionales. El equipo aparece líder del fútbol nuestro y cuenta con muchos jugadores interesantes: Millonarios no es sólo Máyer Candelo. Él ya tiene muchos partidos encima y no puede cargar solo el equipo. Pero si revisamos, es un plantel competitivo en cada línea.
Además, pienso que la derrota 8-0 contra Real Madrid afectará poco o nada. Incluso creo que nunca se debió haber disputado ese amistoso, era innecesario y los directivos se equivocaron al programar un juego inoficioso, así como el presidente Felipe Gaitán erró al sugerir una devolución de las estrellas del 87 y el 88 por haber estado salpicadas con dineros del narcotráfico. Eso nadie lo podrá comprobar, pero si los títulos desaparecen, el hecho irrespetará a los hinchas y a los jugadores que se esforzaron por lograrlos. En fin, lo que pasó en Madrid no afectó porque incluso ya superaron a Júnior el sábado pasado.
Volviendo al tema, pienso que Palmeiras no le dará importancia a esta Sudamericana, menos sí es contra un equipo colombiano. Ellos generan rivalidad sólo con los clubes argentinos. De hecho, para los hinchas de São Paulo fue intrascendente que Millonarios les ganara en la Copa Sudamericana de 2007, con gol de Luis Morumbí Zapata. El respeto se conquista en torneos internacionales —a nivel de selecciones y clubes— y en ese aspecto somos inferiores a argentinos y brasileños.
Eso no quiere decir que nos subestimen, porque los colombianos que hemos militado en clubes de ese fútbol dejamos huella, como Víctor Hugo Aristizábal, Tino Asprilla, Freddy Rincón y yo, y ahora Edwin Valencia en el Fluminense también se ha destacado, como lo hizo hace poco David Ferreira en el Paranaense. Y debo decir que la selección de Colombia marcha bien y entonces, en materia de clubes, esta es una oportunidad para que Millonarios gane más respeto. Yo sueño con que en algún momento estemos en el mismo nivel que los argentinos y brasileños.
A mí me hubiese gustado jugar mucho tiempo más con Millonarios, la hinchada me trató muy bien, conformamos un grupo que aún recuerdo con alegría y de hecho hice amigos de vida que aún conservo, así como guardo la imagen de un gol que hice en un clásico contra Nacional. Lástima que no pude llegar a un acuerdo con los directivos para continuar, pero ese equipo me marcó, así como lo hicieron Nacional y Palmeiras.
Recuerdo esas épocas de jugador mientras trabajo, porque ahora me dedico a mi empresa Constructora Brazil, ubicada en Laureles, aquí en Medellín, donde vivo. Me han costado los horarios de oficina y no poder andar más en pantaloneta jugando fútbol. Me conformo con representar jugadores y con seguir viendo fútbol. Seguramente esta noche (7:30 p.m. Fox Sports) lo haré. Yo veo eso más para Millonarios. Y también lo quiero.