La suplencia de Sergio Ramos contra el Manchester City, tratándose del segundo capitán y uno de los jugadores que forman la columna vertebral del equipo, provocó sorpresa y abre un debate sobre los motivos deportivos y extradeportivos que pudieron llevar a Mourinho a apuntar a uno de los jugadores con más peso y carisma en la plantilla.
El entrenador negó cualquier divorcio con el futbolista. “Hay cero problemas entre ambos. Es una decisión deportiva”, comentó. Sólo él sabe qué le llevó a prescindir de Ramos para apostar por el jovencísimo Varane en el debut de la Champions y ante un equipo de la talla del City. Pero conviene contextualizar esta decisión, que es consecuencia del mal inicio en la Liga, la última derrota en Sevilla y las declaraciones públicas del entrenador, manifestando que “algunas cabezas no están comprometidas”. Se mezcla lo deportivo con lo extradeportivo.
Lo que sí tiene que quedar claro es que en la trayectoria de Mourinho hay más casos como éste, en los que no le ha temblado el pulso con sus estrellas y, si le han generado dudas puntuales, por su rendimiento en el campo y su posible falta de compromiso, los ha relegado al banquillo o dejado fuera de la convocatoria.
Robben y Shevchenko
En el Real Madrid lo demostró con Cristiano Ronaldo, el jugador más mediático e importante. Fue tras el partido de ida de la semifinales de la Champions contra el Barcelona (27 de abril de 2011), cuando el jugador portugués manifestó lo siguiente: “No me gusta jugar así, pero tengo que adaptarme”. Al siguiente partido, contra el Zaragoza en la Liga, se quedó fuera de la lista de convocados.
En el Real Madrid lo demostró con Cristiano Ronaldo, el jugador más mediático e importante. Fue tras el partido de ida de la semifinales de la Champions contra el Barcelona (27 de abril de 2011), cuando el jugador portugués manifestó lo siguiente: “No me gusta jugar así, pero tengo que adaptarme”. Al siguiente partido, contra el Zaragoza en la Liga, se quedó fuera de la lista de convocados.
Retrocediendo en el tiempo se encuentran otros casos en sus etapas en el Chelsea e Inter de Milán. En el equipo inglés tuvo mano de hierro con varios jugadores. En el inicio de la temporada 2005-06, tras ganar la Premier League, dejó fuera a Ricardo Carvalho para apostar por Gallas y Terry. Carvalho hizo las siguientes declaraciones: “Para mí es incomprensible ser el tercer central y quiero saber por qué me ha dejado fuera”. La reacción de Mourinho fue contundente. Le dijo que hasta que no se disculpara con todo el vestuario no volvería a jugar. Lo hizo y el central, ya más suave, encadenó 22 partidos de titular.
En esa misma temporada vivió un caso similar con Robben, otra estrella fichada a golpe de talonario. Le sustituyó en un partido contra el Arsenal y el holandés se marchó con gestos de enfado y reproches. En el siguiente partido le sentó en el banquillo y Mourinho dijo que únicamente era una decisión técnica.
Córdoba y Balotelli
En la temporada 2006-07, el Chelsea vive una situación en la Premier similar a la que atraviesa el Real Madrid en la Liga. El equipo logra tres empates consecutivos, se vive ambiente de crisis, Mou detecta falta de compromiso y en el siguiente partido sorprende sentando en el banquillo a Shevchenko, el ojito derecho de Roman Abramovich. Ese encuentro ganó el Chelsea por 4-0. Lo justificó como decisión técnica.
En la temporada 2006-07, el Chelsea vive una situación en la Premier similar a la que atraviesa el Real Madrid en la Liga. El equipo logra tres empates consecutivos, se vive ambiente de crisis, Mou detecta falta de compromiso y en el siguiente partido sorprende sentando en el banquillo a Shevchenko, el ojito derecho de Roman Abramovich. Ese encuentro ganó el Chelsea por 4-0. Lo justificó como decisión técnica.
En el Inter, en la temporada 2008-09, sufrió un dolorosa derrota en Bérgamo. En 45 minutos su equipo encajó tres goles. Cargó públicamente contra algunos jugadores. Igual que en Sevilla. Y en el siguiente partido prescindió de uno de sus indiscutibles, Iván Córdoba. También se cargó a Maxwell. Lo mismo hizo la siguiente temporada con Balotelli cuando el delantero tiró con desprecio la camiseta del Inter