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PÉKERMAN BENDICE A ‘TEO’



Pékerman bendice a ‘Teo’A José Pékerman un tipo culto, de notable formación, de postura señorial y de conceptos académicos, el fútbol le ha deparado un rol hecho a su medida: formar talentos. En ese aspecto es el lord de Sudamérica. Dan fe sus múltiples conquistas en mundiales juveniles, donde se forjaron  Riquelmes, Cambiassos y Redondos, futbolistas con luz propia que agradecen haber pasado por sus manos en esa etapa donde la cabeza puede averiar lo que los pies construyen. Es por eso que quizá ha ‘Don José’ le resulta un reto reestructurar a Teófilo Gutiérrez, una bomba de talento y adrenalina.

“Qué se dedique a jugar fútbol”, retumbó ‘El Pibe’ Valderrama a modo de advertencia, dados sus episodios temperamentales. “Es consciente de su error. Espero que pueda cambiar”, dijo Pékerman en un tono más paternal. El argentino lo cobija porque lo deslumbran sus bondades con la pelota y ese olfato goleador que poseen los grandes delanteros.

“Un jugador de su prestigio tiene que evitar este tipo de situaciones”, lo halagó, además de confirmarlo como titular pese a sus discordias y al excelente menú que tiene a disposición para suplirlo. Para nadie hubiese sido una sorpresa verlo afuera de la alineación, pero la reprimenda de Pékerman fue entregarle la responsabilidad para que responda como mejor sabe ante sus detractores.   

No compareció ‘Teo’ ante los medios, consciente de los cuestionamientos que le esperaban antes de una cita tan importante. Eligió el silencio antes que explicar lo evidente. Y así lo entendió el seleccionador nacional a quien se le vio muy activo durante las prácticas hablando cara a cara con los referentes futbolísticos, entre ellos ‘Teo’. “Espero que pueda seguir demostrando dentro y fuera del campo que está preparado para ser un jugador importante”, comentó.

La atmósfera en Barranquilla rodea por todas partes al hijo del barrio La Chinita, a quien le sienta como a nadie el calor de 'La Arenosa' y la idolatría del Metropolitano. Pékerman lo sabe y por eso decide acogerlo antes que reprenderlo. Aplica sus dotes de formador para tratar de ponerlo en órbita con el público que le reprocha sus actitudes pero que tampoco se atreve a discutirlo como futbolista.

Y en esa disyuntiva trabaja el argentino, que asumió el desafío de alivianar su temperamento. No podrá llevarlo al sosiego de Falcao, pero lo bendice y cree en su cambio.